Hadaverde

Selecciones literarias

Hadaverde, la Fée Verte o El diablo verde, son algunos de los nombres con los que se conoce a la siempre controvertida absenta, la bebida favorita de muchos artistas y escritores que la consumían a finales del siglo XIX y principios del XX. Charles Baudelaire, Verlaine, Picasso, Oscar Wilde o Rimbaud, entre otros, le atribuían ciertos efectos cuya consecuencia producía una indudable y directa inspiración en la creación de sus obras. 

Pero Hadaverde también es, desde hoy, una nueva línea editorial que apuesta por grandes valores literarios, escritores que viven al otro lado de la balanza y de la vida, atrevidos, ingeniosos, diferentes, coherentes en alma y pensamiento, podrían ser considerados, incluso, «peligrosos», tal vez, si cabe, autores «malditos» de otra época.

Así que, puedes estar seguro de que Hadaverde se ha creado única y exclusivamente para ti, escritor bohemio, a veces «inclasificable» o de difícil catalogación, creador de manuscritos de intenso contenido y excelso valor, de indiscutible nivel y, por supuesto, excelente calidad, independientemente de su género literario. 

Llegados a este punto, te habrás dado cuenta de la exigencia requerida para las próximas publicaciones de esta nueva línea editorial que ya hemos bautizado con el nombre de Hadaverde, al que le acompaña muy de cerca un sugerente apellido compuesto: Selecciones Literarias. Unevocador viajeque comienza con un escritor que nunca ha querido publicar, y al que hemos rescatado del agujero donde vive desde siempre, (bueno, hemos rescatado una de sus obras, él sigue allí) alguien que, tal vez, ni siquiera quiera presentar sus libros ni aparecer en público ¿quién sabe? No estamos aquí para juzgar su estilo de vida, sino su obra. 

Ya estamos trabajando en el primer libro de Enrique Valdemar, titulado: Cuentos para suicidas.

Envía tu manuscrito en formato pdf, adjuntando una breve descripción de quién eres, una fotografía reciente y la sinopsis del libro a: hadaverde@editorialanafora.com

«Y del sombrero de copa no surgió un conejo blanco, sino un terrible Demonio que devoró al mago.»